La sociedad y la cultura, cada vez mas de la mano.

Empezó a muy pequeña escala en HBO con OZ, con una prisión como microambiente donde podíamos ver el entorno de una cárcel y como interactuaban esos presos entre ellos en un ambiente tan opresivo pero sin embargo el máximo exponente fue The Wire de Davis Simon, donde pudimos ver a la primera gran serie que reflejaba una verdadera sociedad, la de Baltimore. Una serie que llevaba a la pequeña pantalla el reflejo vivo de una sociedad y lograba que el público se interesase por ella. Desde entonces, las series de televisión, libros, cómics, videojuegos… que analizaban o tenían como telón de fondo una sociedad han ido en aumento, Mad Men fue un gran exponente de como evolucionaba la sociedad americana desde los 50 hasta los 60 o y Roma lograba aunar historia y sociedad en capítulos de 60 minutos de forma magistral. En un plano mas literario The Walking Dead de Robert Kirkman y Charlie Adlard no solo se centraba en la supervivencia de un grupo de personas sino en la forma de los remanentes de la sociedad de reagruparse en diferentes tipos de asentamientos para tener mayores oportunidades de sobrevivir. Sin embargo estos ejemplos son conocidos por todos y me gustaría hablar de series, libros, cómics… que demuestran que la cultura y la sociedad como tematica sigue aun muy vivas.

En este aspecto me apetece comentar la que para mi ha sido la serie de televisión revelación de este año, American Crime. American Crime parte de una premisa por todos conocida y sobretodo en estos tiempos, un asesinato en un pequeño pueblo. ¿Pero que es lo que hace American Crime diferente del resto de series de este tipo? Pues su enfoque en el pueblo mas que en el crimen en si. Si bien como no nos enfocamos en una serie de personajes determinados (los sospechosos, los familiares de las victimas…), el pueblo de Modesto en California es el verdadero protagonista de American Crime. Con el racismo como telón de fondo (un tema de bastante actualidad tristemente) vemos como este asesinato sacude a toda la localidad de Modesto poniéndola patas arribas. A destacar esa madre coraje interpretada por Barb Hanlon (Felicity Huffman), que busca dignificar a su hijo a toda costa pese a que este era un camello, un maltratador y un putero o esa historia de amor imposible entre Carter Nix (Elvis Nolasco) y Aubrey Taylor (Caitlin Gerard), la sociedad actual y su lucha interna parece que les impide estar juntos. Un hombre ha acabado muerto pero muchas vidas irán a lo mas bajo en la primera temporada de la serie y habrá que ver quien logra levantarse o seguir en el mas profundo de los abismos al final de la temporada.

El caso de Southern Bastards no es desconocido en la obra de Aaron, ya había tratado esta temática con su primera obra magna, «Scalped», que narraba la historia de una localidad de USA en la cual se daba el conflicto entre sus habitantes y los nativos americanos que reclaman estas tierras como suyas por derechos y que construyen casinos en ellas, (un tema que esta de bastante actualidad también gracias a la serie de acción de HBO/Cinemax, Banshee). En Southern Bastards, Earl Tubbs, un hombre ya entrado en años vuelve a su pueblo natal en Alabama (imaginaos el mayor poblacho sureño habido y por haber donde hay banderas confederadas por doquier y la gente aun sigue bebiendo de la botella de licor casero con tres XXX) para ver como este es gobernado en la sombra por el entrenador del equipo de fútbol local, el Entrenador Boss (el cual por como lo dibuja Jason Latour es Clint Eastwood haciendo un papel de villano), el cual a base de intimidación maneja todos los chanchullos del pueblo. Sin embargo cuando pasa el primer arco argumental te das cuenta de que esta no es la historia de la cruzada de Earl Tubbs para derrocar el despótico Boss sino la historia de todo ese pueblecito de Alabama, no solo de Tubbs, sino del propio Boss y de hasta el secundario mas pequeño y como tienen que llevar sus vidas en un pueblo en el que su vida es un infierno. Aaron no ha inventado la rueda con esta colección como se puede ver, ademas al fin y al cabo, el Entrenador Boss no es mas que una versión sureña de Cuervo Rojo de Scalped, el malo malísimo que domina el cotarro, sin embargo es una serie muy bien escrita, muy bien dibujada y lo mejor del cómic actualmente y no se explica como no se ha publicado en España por ninguna editorial pese a llevar prácticamente ya un año en el mercado.

Y he hablado ya bastante de ellos en este blog pero con la inminente salida de Fallout 4 es innegable que comente que la saga Fallout es la mejor saga desde un punto de vista sociológico porque tienes el poder de cambiar la sociedad en su conjunto en New Vegas. Puedes decidir que facción política esta en el poder (democracia, tiranía, utopía o anarquía (que esta ultima dependiendo de las decisiones que tomes puede ser un verdadero infierno o un paraíso para los ciudadanos supervivientes de un apocalipsis) así como hace que el estado de Nevado sea un paraíso ayudando en lo que puedes o hacer que sus habitantes viven en la miseria. Tu tienes el poder, solo decides hacia que lado ira y si lo distribuirás con palabras o con sangre. En Fallout 3 por desgracia solo se centra en el impacto de tus decisiones desde un punto de vista meramente individualista y sin que apenas las repercusiones de las mismas queden reflejadas. Solo espero que Bethesda, la desarrolladora, se fije mas en New Vegas como videojuego, que es una clara muestra de que, al igual que el cine, los videojuegos no son solo un mero entretenimiento sino que cuando están hechos con la mayor de la excelencia también pueden ser un arte. También mención honorifica a L.A. Noire de Rockstar Games, fiel reflejo a la sociedad estadounidense de la Gran Depresión en un videojuego.

Esto ha sido solo un repaso pequeño a algunas de las obras en las que la sociedad y la cultura van mas de la mano. Hay una oferta infinitamente mayor en este mundo de ocio y cultura tan rico que tenemos, solo hay que investigar, indagar y tener la suerte de que se refleje en cualquier libro, serie, etc… una sociedad de forma correcta y no de forma sesgada.

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